Tratamiento de la espondilitis anquilosante

Huang F notificó su experiencia sobre el tratamiento con talidomida (200-300 mg/día) en 30 varones con espondilitis anquilosante refractaria. La talidomida fue comercializada inicialmente como sedante pero, a causa de sus efectos teratógenos (malformaciones fetales, sobre todo, defectos del desarrollo de las extremidades), se retiró del mercado. En la actualidad se sabe que tiene un notable efecto sobre el TNF y que modula la respuesta inmune. Por ello, ha sido ensayada en diversas enfermedades reumáticas inflamatorias en las que juega un papel relevante la disfunción del sistema inmunitario. Huang F y sus colaboradores, reseñaron que el 80.8% de sus espondilíticos había mejorado tras un año de tratamiento, con mínimos efectos secundarios. Lamentablemente, transcurridos tres meses desde la finalización del estudio (suspensión de talidomida), se produjo una reactivación de la espondilitis anquilosante en la práctica totalidad de los enfermos. Los autores ponen de manifiesto la necesidad de que se apruebe talidomida en el tratamiento de la espondilitis anquilosante refractaria. El coste de talidomida es muy inferior al de los nuevos tratamientos biológicos comentados más arriba (Remicade® y Enbrel®) y tiene mejor tolerancia.